Black Stone Cherry: Las guitarras sureñas vuelven a sonar
Pretender definir en pocas palabras lo que significa la propuesta musical de esta banda nativa de Edmonton, Kentucky, es, por decir lo menos, un imposible irrefutable. Y es que el sonido proyectado por este disco debut homónimo es demasiado potente. Un trabajo único y que, sin duda alguna, se acerca a aquel edén exclusivamente reservado para tan sólo algunos pocos cedés: el de los discos redondos. Ya sea paseándose por el metal, coqueteando con la actitud post grunge, homenajeando a los grandes del rock clásico o evocando coros tan típicos del rock sureño, Black Stone Cherry [BSC] las hace todas, dejando la mayoría de los cabos atados a la perfección.
La sorpresa inicial del disco la da el tono vocal de Chris Robertson, voz y guitarra rítmica del grupo. Nada más imposta el primer grito anunciando ‘Here comes the rain’, el pensamiento que, seguramente, se te vendrá a la cabeza es ‘vaya, Chris Cornell tiene nueva banda’, pues es innegable que su parecido es obvio pero, más importante aún, absolutamente casual. Tema aparte, lo cierto es que el cuarteto completado por Ben Wells en la guitarra principal, Jon Lawhon en el bajo y John Fred Young en la batería, trae consigo una invitación imposible de rechazar: un sonido fresco y propio, pero que sin duda logra rememorar a grandes del rock.
El tan mencionado concepto ‘tributo a grandes del rock clásico’ alude al hecho de que, en reiteradas oportunidades, se vislumbran pasajes melódicos propios del sonido de un infaltable discográfico de la talla de Led Zeppelin IV, sobre todo en los solos de mano de Wells y los cortes de batería de Fred Young. Por otro lado, el registro vocal, como se mencionó anteriormente, recuerda demasiado a aquel aún claro y nítido que Cornell –en su etapa Soungarden-, desplegaba en el Louder Than Love o el Badmotorfinger. Dejando las comparaciones de lado, todo desemboca en reconocer que, influenciados o no por los grandes íconos mencionados, el sonido logrado es muy propio y una sorpresa total que, evidentemente, nos obliga a tener ojo avizor sobre la trayectoria futura de la agrupación.
El disco, producido por Richard Young –padre de John Fred, el baterista- , y David Barrick y mezclado por Kevin Shirley –Nine Lives de Aerosmith y How the West was Won, de Led Zeppelín-, en el mismo pueblo natal que los vio nacer como agrupación a mediados del años 2001, hace completa referencia a los sonidos sureños propios de la región y deja entrever el grato ambiente que los chicos vivieron al registrar dicho trabajo. “Entramos al estudio y lo grabamos tal como se hace antiguamente. Fue realmente de un modo muy humano, nada robótico o artificial, simplemente un jaming”, comenta el bajista de BSC.
Obviando las ya más que claras referencias a otras agrupaciones, el estilo del cuarteto en su placa debut, de mano de Roadrunners Records, se acerca mucho también a lo que en su tiempo hizo The Black Crowes y los mismos Lynyrd Skynyrd, aunque con un sonido bastante más hard rock: crudo y directo. “Somos una banda de rock directo a la vena que golpeará tu cara con letras cargadas de realismo y, en ciertos casos, una cuota de sana imaginación”, afirma Ben Wells.
La sorpresa inicial del disco la da el tono vocal de Chris Robertson, voz y guitarra rítmica del grupo. Nada más imposta el primer grito anunciando ‘Here comes the rain’, el pensamiento que, seguramente, se te vendrá a la cabeza es ‘vaya, Chris Cornell tiene nueva banda’, pues es innegable que su parecido es obvio pero, más importante aún, absolutamente casual. Tema aparte, lo cierto es que el cuarteto completado por Ben Wells en la guitarra principal, Jon Lawhon en el bajo y John Fred Young en la batería, trae consigo una invitación imposible de rechazar: un sonido fresco y propio, pero que sin duda logra rememorar a grandes del rock.
El tan mencionado concepto ‘tributo a grandes del rock clásico’ alude al hecho de que, en reiteradas oportunidades, se vislumbran pasajes melódicos propios del sonido de un infaltable discográfico de la talla de Led Zeppelin IV, sobre todo en los solos de mano de Wells y los cortes de batería de Fred Young. Por otro lado, el registro vocal, como se mencionó anteriormente, recuerda demasiado a aquel aún claro y nítido que Cornell –en su etapa Soungarden-, desplegaba en el Louder Than Love o el Badmotorfinger. Dejando las comparaciones de lado, todo desemboca en reconocer que, influenciados o no por los grandes íconos mencionados, el sonido logrado es muy propio y una sorpresa total que, evidentemente, nos obliga a tener ojo avizor sobre la trayectoria futura de la agrupación.
El disco, producido por Richard Young –padre de John Fred, el baterista- , y David Barrick y mezclado por Kevin Shirley –Nine Lives de Aerosmith y How the West was Won, de Led Zeppelín-, en el mismo pueblo natal que los vio nacer como agrupación a mediados del años 2001, hace completa referencia a los sonidos sureños propios de la región y deja entrever el grato ambiente que los chicos vivieron al registrar dicho trabajo. “Entramos al estudio y lo grabamos tal como se hace antiguamente. Fue realmente de un modo muy humano, nada robótico o artificial, simplemente un jaming”, comenta el bajista de BSC.
Obviando las ya más que claras referencias a otras agrupaciones, el estilo del cuarteto en su placa debut, de mano de Roadrunners Records, se acerca mucho también a lo que en su tiempo hizo The Black Crowes y los mismos Lynyrd Skynyrd, aunque con un sonido bastante más hard rock: crudo y directo. “Somos una banda de rock directo a la vena que golpeará tu cara con letras cargadas de realismo y, en ciertos casos, una cuota de sana imaginación”, afirma Ben Wells.
Por si todo lo dicho fuera poco, la mayoría de los integrantes apenas alcanza los 20 años, lo que, sin duda, sólo ayuda a corroborar una verdad más que auspiciosa y que cae como un balde de agua fría para aquellos que alguna ves se atrevieron a decir que el buen rock se fabricaba del otro lado del charco; tienen cuerda para rato y, mejor aún, es que saben cómo usarla.
1 Comments:
Tremendas referencias musicales. Por el estilo (del video) se reconoce el estilo sureño de gringolandia, algo parecido (al estilo, no musicalmente) a Pantera.
En fin, buenísimo el video, se nota que este grupo promete, ojalá se mantengan y no sea un "one hit only".
By José Ignacio Díaz, at 10:18 p. m.
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